quiero volar lejos de aqui escapar

El año pasado, un día de diciembre que no recuerdo, tuve que ir a la oficina de la otra planta para sacar unas fotocopias. Revisé los papeles que se imprimieron mal para reciclarlos, y encontré uno que tenía una sola frase, muy curiosa:

"quiero volar lejos de aqui escapar"

No sé si se trata de la letra de una canción o si es parte de un poema, o si fue una expresión poco profesional de un empleado agobiado por el trabajo. Decidí que se trataba de lo último por ser más interesante, me sentí identificado con aquella persona. Es más, podría decir que fui yo quien la escribió y nadie lo dudaría, pero al parecer existe alguien más como yo en este mismo lugar.

No me interesa saber quién es, pero le agradezco mucho el haberme hecho dejar de sentir, por un instante, que soy el único que no encaja aquí.

Por suerte, cada año a fines de diciembre, la empresa me permite "volar lejos de aqui escapar", me dan diez u once días de vacaciones que trato de aprovecahr al máximo, me sirven para olvidarme de este empleo y recordar cómo vivir.

Y eso fue exactamente lo que hice durante mis vacaciones: VIVIR.

Tuve un sábado de compras compulsivas, nunca me había sentido tan feliz en mi vida, a pesar de no haber gastado solamente en mi. Compré todos los regalos navideños para la familia, me compré más ropa, fue un día genial.

Esa noche salí, Miguel Ángel y sus amigos estaban organizando la "Chocorroneada 2007", que es algo así como una chocolatada pero con su trago más. Terminé medio zampado haciendo la coreografía de "Dragostea din tei" de O-Zone, fui grabado y el video colgado en Youtube. No pienso publicar el enlace al video. Más tarde fui a la disco para llevar a cabo un experimento que tuve en mente semanas atrás y no me dejaba dormir tranquilo: quería ver si a mis 28 años aún tengo jale como cuando tenía 20. El resultado fue satisfactorio; la consecuencia, el ego inflado.

Pasé la Navidad en casa de mi hermana mayor, ella misma preparó la cena y estuvo muy rica, pero tragué demasiado. En diciembre es imposible seguir la dieta extrictamente, así que me hice la idea que iba a subir de peso y me iba a deformar un poco, pero no tanto, aún conservo la forma humana.

Conocí gente: ¡nuevos amigos!.

Compré un terno para el matrimonio de Julia María, me queda pintado, fue una buena inversión. La boda estuvo bonita, pero no mucho: las misas me aburren de manera excesiva. Fui con la chata Ivonne y su novio Luis, así que durante la ceremonia nos dedicamos a rajar de todo el mundo, porque eso es lo que se debe hacer cuando uno está aburrido. Y después de la ceremonia nos dedicamos a acosar a los mozos que llevaban las bandejas con trago y bocaditos, tuvimos que empujar a las viejas que se abalanzaban sobre la comida, ¡era la ley de la selva!

Estoy muy feliz por Julia María, espero que le vaya bien en esta nueva etapa de su vida. Ese día no hubo fiesta, así que me fui de nuevo a la disco, pero me aburrí un poco.

La China regresó de Japón justo a tiempo para que me cuente todo todito antes de irme a la juerga de Año Nuevo. ¡Me trajo mi llavero de Totoro tal como prometió! Por supuesto que salí de su casa medio chicha, después de los no-sé-cuántos vasos de whisky que me soplé.

La fiesta de año nuevo no fue genial, pero fue gratis, así que no me quejo mucho. Fui con Willy y su amigo Jorge, espero que no se hayan aburrido mucho. Yo me la pasé medio zampado toda la noche, así que no tenía mucha noción de la realidad, o quizá me inventé la mía propia, pero no me aburrí tanto a pesar de no haber hecho perradas.

¡Conocí gente!

Y hasta aquí duró mi felicidad. regresé a trabajar junto con la depresión que me da cada comienzo de año, esa que contraje en el infame Ilo-hell y he venido arrastrando hasta el día de hoy. Pero estoy mejorando, esta vez no llegué al extremo de las lágrimas, estuve a punto pero fui más fuerte.

Se me da por recordar cada momento bonito que viví durante las vacaciones, eso debería ayudarme a no sentirme tan triste, pero a veces es peor, porque veo que va a pasar mucho tiempo hasta que pueda volver a sentir esa libertad que brindan las vacaciones. Si a eso le sumamos todos los hechos de todas las cosas que me hacen sentir prisionero del trabajo, mejor denme una pistola con una sola bala, les aseguro que no fallaré.

Ayer cuestioné algunas decisiones que tomé hace algún tiempo, una en especial. Ya he venido comentando en varios posts mis ganas de largarme de aquí en busca de la felicidad, como Johnson de Liniers. Primera estación: Italia.


Decidí no comenzar ninguna relación seria aquí, no tendría sentido, ¿para qué comenzar algo que sé que va a terminar? Nunca en mi vida he sido tan lógico, normalmente soy de los que se embarcan en estas aventuras del amor sin medir las consecuencias, sin importarme qué tan herido puedo salir, pero importándome mucho que la otra persona no salga lastimada. OK, tan inconsecuente no soy. Y esta decición la tomé pensando en esa otra persona: ¿para qué darle alas si al final no le dejaré volar a mi lado? Nunca he sito tan maduro en toda mi vida, y eso me está matando.

Estoy en plena capacidad física y mental de empezar una relación, aunque ando un poco ajustado de tiempo, pero creo que siguiendo algunas reglas podríamos llegar a tener algo bonito. O quizá yo sea muy ingenuo y no haya nadie quien quiera prestarse apara arruinar su vida con mis locuras.

Ya alguien me ha movido el piso, pero no pude ofrecerle nada, así que puse el límite. Y me dolió.

Hablé luego con Miguel Ángel, me mandó un mensaje de texto que decía así:

"y has pensado en no ir solo a italia?"

Pues no lo había pensado, y sería genial. Imposible, pero genial. No me interesa que sea imposible, y he decidido ser lo suficientemente inmaduro como para creer en eso.

Quizá a esa frase de la fotocopia le faltó algo:

"quiero volar lejos de aqui escapar pero a tu lado"

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