martes, 16 de octubre de 2007

¿Ahorrar o no ahorrar?

Estoy pensando seriamente en abrir una cuenta de depósito a plazo fijo en el banco, pero aún no sé en cual. En el BCP me ofrecen hasta 5% de interés a 180 días, y también busqué información en el BBVA pero no dice nada de los intereses, solo habla de premios y parece que sólo le dan a los que depositan en dólares. En realidad no me interesan los premios misios, lo que quiero es ganar dinero sin tener que mover un solo dedo.

Por otro lado, el hecho de meter mi dinero a una cuenta a plazo fijo quiere decir que tendré que sacar plata de mi cuenta de pago de haberes y ponerla en otro lado, lo cual no es malo, lo malo es que mi saldo se va a ver bien misio y me va a obligar a ahorrar y ahorrar y ahorrar... y volveré a ser el tacaño de antes, no podré comprarme ni un trapo en Saga... pero qué rayos!

Es que si no empiezo a ahorrar en serio desde ahora, luego no voy a tener nada, y voy a ser un viejo misio.

Pero por otro lado... la pregunta es: ¿para qué quiero ahorrar?

Muy buena pregunta, me cagaste JuanCa, ¿y ahora qué te respondo?

Pues uno ahorra para luego reventar su plata en las cosas que quiere y que por el momento no le alcanza para pagar.

Si es así, pues tengo que ahorrar para pagar mi pasaje a Italia y tener una bolsa de viaje más o menos decente, que me permita vivir austeramente hasta que consiga empleo. Y de ahí seguiría ahorrando para ir a Israel, donde finalmente me quedaré.

O de otra forma, ahorraría aquí para ir directamente a Israel. Todo depende. Veremos qué sale primero.

Antes había pensado en ahorrar para comprarme un carro, y más adelante ir a vivir solo o compartir piso con alguien... en Lima. Pero digamos que Lima ya no está en mis planes. En un principio no lo estuvo, pero sucedieron cosas que me hicieron considerar la posibilidad de quedarme aquí para siempre. Hoy quiero irme de aquí para siempre.

No es despecho señores, es algo más complicado que eso. No esperen explicaciones.

En fin, como siempre empecé hablando de una cosa y terminé hablando de otra.

A veces me pregunto si los cuatro gatos que leen mi blog una vez al año se aburren de esos posts laguísimos... Últimamente he estado escribiendo cortitos, pero hoy se me ha antojado escribir un poco más, que quizá no tenga que ver con el título, pero es que si posteo otra vez sería como hacer trampa.

A lo que voy es que quería contarles un poco mi día Lunes. Aquí voy.

Ayer me aburrí de alma aquí sentado todo el día, hizo un frío del demonio en la mañana y no daba ganas de moverse ni para ir a mear, y en la tarde salió un solcito tímido que no calentaba nada pero iluminaba bonito, un solcito como para sonreir pero bien abrigado. Ayer también hubo paro de parásitos transportistas, pero imagino que no tuvo tanto éxito, porque no tuve problemas para conseguir carro de ida y de vuelta. Y ya que no tuve problema en el transporte, debí ir al gimnasio como todos los días, sin embargo me entró una pereza... que parecían dos. Durante la tarde me entró un sueñito de esos que quieres jatear pero que no puedes porque en la oficina todo el mundo te ve, pero igual se te cierran los ojos y desearías estar echado en tu cama abrazando la almohada y cubierto con cien mil frazadas. Por eso no me dio ganas de ir al gym, y no fui. Tomé mi carro de regreso y me bajé en Faucett con La Marina, y en ese mismo paradero esperé a que pasen carros vacíos para ir por lo menos hasta La Marina con Haya De La Torre, pero todos los carros pasaban llenos, reventando de gente, así que ni hablar me iba a trepar ahí, encima estaba con mi maletín del gimnasio y ya era mucho bulto, así que decidí caminar. Fui caminando hasta Insurgentes y crucé hacia el frente que es más tranquilo y pasan menos carros. Es la primera vez en mucho tiempo en que camino despreocupadamente, despreocupado de que me asalten, de que me atropellen y despreocupado del tiempo. Me interesó muy poco la hora. Hace tiempo que no caminaba así, solito, solo con mis pensamientos. Hace tiempo que no tenía un retiro así. Mientras caminaba por Pacífico, percibí un olor que me trajo recuerdos, un olor a pastelería, a pastelitos recién salidos del horno. En ese momento la imagen que vino a mi mente fue de un día de aquellos en que tenía cuatro o cinco años, cuando regresaba del nido y mi mamá me llevaba de la mano a una pastelería y me compraba un pastelito más grande que mi mano, que me lo iba comiendo de camino a casa. Por un momento quise volver a tener cuatro años. Y me puse a pensar en todo el tiempo que ha pasado, ya estoy llegando a los 30 y siento que no he hecho nada bueno con mi vida, pero aún hay tiempo para darle vuelta.

Este jueves cumplo 28 años, y no quiero.



Powered by ScribeFire.

2 comentarios:

iux!!! dijo...

pork t kieres ir de lima ... nadie te va a kerer en otro lado como aca, en ningun lado vas a juerguear como aca, aca somos lo maximo !!!!!!!!NO T VAYAS JUANCA!!!

MIK dijo...

Como le dirian al Chavo del ocho:
Noooooo te vayas Chavo Juanca :(