martes, 29 de setiembre de 2009

El osito de Fisher-Price

Ocurrió hoy, justo cuando estábamos en el pequeño desván de tu
departamento buscando algo y te topaste con ese osito de madera que
tocaba el xilófono a medida que giraban las ruedas de su bicicleta y
dijiste "qué bacán" con una sonrisa de niño que se lleva adentro y
una expresión de admiración de haber recibido el regalo perfecto en
la quinta Navidad, que me desarmaste por completo y me di cuenta
recién que estoy perdidamente enamorado de ti.

Hemos pasado juntos los diez días que has estado aquí, nos hemos
visto todos esos días, nos la hemos pasado enfermos la mayoría, no
hemos salido mucho, y aunque pueda sonar un poco monótono y aburrido,
para mi ha sido más que genial escucharte renegar por la gripe,
quitarte tu sitio calientito al borde de la cama, tocarte con mis
manos frías y colmarte de besos mientras intentabas dormir.

Hoy regresaste a tu lugar y yo me quedé aquí muriendo de tristeza.

Inviato da iPhone

0 comentarios: