lunes, 15 de junio de 2009

Felicidad enlatada

Hace unos días decidí salir de casa de una vez por todas, en parte obligado por la fecha: 13 de junio, o sea, cumpleaños de mi papá y de la China, y como a última hora me encontré con las manos vacías, o sea sin regalos, tuve que hacer una incursión rápida a Plaza San Miguel para comprar trapos y chuches.

Lo de mi viejo fue fácil, entré a Saga y cogí el primer trapo estilo tío que encontré a la mano, pero lo de la China tomaría un poco más de tiempo.

Felizmente al salir vi la tienda de Casa & Ideas, ahí de hecho que encontraría algun
objeto bonito con utilidad nula. Tardé un poco en decidirme pero al final me quedé con uno, que no puedo mencionar aquí porque aún no se lo he entregado.

PERO


También encontré otra cosa que me llamó la atención: una lata de inciensos con el aroma de la felicidad, ¿no me creen? vean la foto:

¿Es negligente encender inciensos cerca a los libros?

No he leído lo que dice la etiqueta, pero imagino que habrán escrito algo tipo: "fino aroma que evoca momentos de plena felicidad". Sólo sé que el aroma es sándalo.


Me hubieran dicho desde antes que el sándalo hacía feliz a la gente (¿más que las drogas duras?).


No sé qué tan efectivo sea, pero después de encender seis palitos (en tres días) me han entrado ganas de escribir sobre esto. Hasta le tomé esa foto de arriba.


Quizá si enciendo más hasta me entren ganas de sonreir, quién sabe.